La fabricación de insumos para la producción de alimentos
Como dice Aristótiles, cosa es verdadera:
El mundo por dos cosas trabaja: la primera,
por aver mantenencia*; la otra cosa era
por el aver juntamiento con fenbra plazentera”
- Poema del siglo XIII: AQUÍ DIZE DE COMO SEGUND NATURA LOS OMES E LAS OTRAS ANIMALIAS QUIEREN AVER COMPAÑÍA CON LAS FENBRAS.
- Arcipreste de Hita, Libro de Buen Amor. Editorial Juventud, S.A., Barcelona, página 31.
*Sustento
En EVA VAN HARMANNI Ltda. nos encargamos de una parte de ese tercer renglón del poema; es decir la fabricación de insumos para la producción de alimentos.
La historia muestra que las antiguas comunidades se asentaron donde la fertilidad del suelo era adecuada para la producción de alimentos y fibras y había disponibilidad de agua; se desarrollaron las culturas como la de Mesopotamia, Egipto y luego los griegos y romanos, que iniciaron avances en las labores agrícolas para alimentar a sus crecientes poblaciones. Estos últimos ya empezaron a documentar sus observaciones.
Una vez que las antiguas comunidades dejaron de ser cazadores y recolectores, y se establecieron en un determinado lugar, observaron qué en ciertos sitios, donde se encontraban residuos de plantas, alimentos y animales, el desarrollo de las plantas era mejor. En ese momento nació la fertilización como una práctica.
En la edad media con los filósofos y científicos empezaron a dar posibles explicaciones y teorías de los factores que incidían en el crecimiento de las plantas. Allí aparece Van Helmont (1577 – 1644), quien empieza a cuantificar los ensayos que realiza observando el crecimiento de las plantas.
Luego el científico y filósofo alemán Justus von Liebig, considerado el padre de la industria de los fertilizantes y de la química agrícola; expresó la importancia de esa industria en el siguiente párrafo: “La agricultura perfecta es la base de todo comercio e industria, es el origen de la riqueza de las naciones. Pero un sistema racional de agricultura no puede ser desarrollado sin la aplicación de principios científicos, por lo cual el sistema se debe de basar en un conocimiento exacto con los recursos de la nutrición vegetal. Este conocimiento debe ser buscado por medio de la química”.
Otro aporte de Liebig a la ciencia fue su propuesta de la “Ley del Mínimo”, que sigue siendo un concepto útil, aunque no tiene una exactitud cuantitativa. Lo expresó refiriéndose a las necesidades nutricionales de la planta, pero se ha extendido a otros factores, especialmente ambientales, que afectan el desarrollo de las plantas.
Durante los siglos XIX y XX, hubo un gran avance en la industria química, especialmente en Europa, y de allí surgieron inicialmente los nutrientes considerados mayores, a partir de reacciones de síntesis. Después se desarrollaron las mezclas físicas de fertilizantes para obtener los fertilizantes compuestos y luego se elaboraron los fertilizantes complejos, que condujeron a productos como el fosfato mono y diamónico – MAP y DAP, respectivamente.
Todas las ramas de la ciencia y la industria relacionada con el agro avanzaron durante el siglo XX, se incrementó exponencialmente la producción y la variedad de fertilizantes, en cuanto a formulaciones, presentaciones, sistemas de aplicación al suelo o a la planta.
En 1970 el premio Nobel de Paz, el Dr. Norman Borlaug pronosticaba que en uso de fertilizantes químicos se debería multiplicar por dos o 3 para suplir la demanda y favorecer la fertilidad del suelo y el aumento de la productividad.
A finales del siglo XX, se enfatizó en la microbiología del suelo y no tanto en la química y física del mismo, que habían sido los temas estudiados en mayor profundidad por la academia y los centros de investigación. Los hallazgos han sido espectaculares.
En los años 80 aparece el concepto de agricultura “sustentable” o en mejor español, sostenible, en que se destaca qué para la producción agrícola: la incorporación de insumos externos a las unidades productivas, debe ser el mínimo posible. Se retoman las prácticas ancestrales de cuidado y uso eficiente de la materia orgánica, de la rotación de cultivos, de la menor utilización de pesticidas de síntesis química y la disminución en el consumo de energía para la producción.
Se toma conciencia de la importancia del medio ambiente, se hace presente la necesidad de cuidar los suelos - los cuales se consideran un ser vivo-; las aguas y el aire. Se elaboran teorías sobre lo que debe ser la sostenibilidad, sus aspectos éticos, filosóficos, económicos y humanísticos.
Se regresa a las prácticas agrícolas que la humanidad utilizó, hasta los primeros años del siglo XX y se reestablecen, difunden, documentan y se validan las prácticas de la agricultura ecológica, orgánica o biológica, según el idioma en que se expresen.
En Colombia, el 28 de Julio de 1987 nace Eva Van Harmanni Cosméticos Ltda., debido al conocimiento y experticia en el área de los cosméticos, adquiridos en Europa por doña Eva Casas Rodríguez, quien junto con su esposo Hugo Bolhuis, regresan al país a hacer empresa. En el mes de noviembre del mismo año; el museo del Chicó fue el escenario para el lanzamiento de la línea Hidratíssima, a base de aceite de jojoba materia prima elegida para las fórmulas magistrales. Sin embargo, tiempo después se presenta la necesidad de investigar en otros campos como son los nutrientes preservantes para las flores cortadas ya que en el país no se fabricaban. Partiendo de esta idea, el enfoque de la empresa se desvía al desarrollo, formulación y fabricación de estos productos.
Esta investigación fue liderada por el Dr. Hugo Bolhuis, químico egresado de la prestigiosa universidad de Groningen, Holanda, y con especializaciones en Inglaterra y, trabajos en ICI (Imperial Chemist Industries) y Dupont de Nemours, Bélgica. En Colombia desarrolló sus labores de investigación en Holanda-Colombia, ahora Brenntag Colombia, S. A. Con su experiencia, formación, conocimiento e intachable compromiso y amor por la ciencia, diseñó formulas, desarrolló proyectos y enfocó la razón de ser de la empresa, en la fabricación de productos pioneros (fertilizantes líquidos y sólidos compuestos, reguladores de crecimiento y plaguicidas de bajo impacto ambiental y otros productos fitosanitarios que favorecen el desarrollo de los cultivos, respetando el variado ecosistema colombiano.
Las instalaciones de EVA VAN HARMANNI LTDA funcionaron inicialmente en el Barrio El Chicó y a medida que sus actividades fueron creciendo se trasladó a varias zonas de Bogotá y finalmente en el año 2003, traslado sus instalaciones al Parque Industrial Salitre donde se encuentra actualmente.
La actividad técnica y científica llevada a cabo por don Hugo, se concretó en varias líneas de productos diseñados de acuerdo con las necesidades de cada especie de flor, asegurando su longevidad, valor decorativo y color, el Know–How, este tipo de productos se vendió a un tercero.
Por los años 90, también se desarrolló una línea correspondiente a un grupo de fertilizantes líquidos concentrados, utilizados en sistemas de irrigación (fertirriego), la cual en forma balanceada suministra a cultivos como caña, flores, banano, cítricos los elementos mayores, secundarios y micronutrientes para un óptimo desarrollo y producción.
En el 2002 se presenta la línea de fertilizantes líquidos quelatados, que tienen como objetivo corregir las deficiencias puntuales de elementos menores o secundarios y que son de aplicación foliar o en fertirriego.
Algunas de las anteriores líneas de productos, ya no pertenecen a la empresa, pues se vendió el Know-how y otras se siguen fabricando para los productos de algunos clientes y los propios productos.
Debido a que la Empresa está dedicada 100% a la fabricación de los productos mencionados, se omitió de la razón social la palabra Cosméticos quedando únicamente EVA VAN HARMANNI LTDA.
En la segunda década del siglo XXI, EVA VAN HARMANNI, por sus relaciones con la Universidad de Wageningen en Holanda, y con el apoyo de los Países Bajos, firma un contrato de cooperación con CERADIS BV, para el desarrollo de fertilizantes y fungicidas de bajo impacto ambiental.
El desarrollo de productos que son amigables con el medio ambiente y con programas de reingeniería, la planta de producción cuenta con tecnología de punta y con materias primas de origen natural o sintético que aportan beneficios directos al suelo.
Así mismo, se han estudiado, revaluado y aplicado materiales que se han utilizado en Europa por más de cien años y que pueden tener más de una función en el desarrollo y protección de las plantas.
Actualmente seguimos en estrecha colaboración con nuestros proveedores y clientes, estableciendo alianzas para el desarrollo de formulaciones y fabricación de productos que impacten positivamente la labor de los empresarios del agro, que se cuide el medio ambiente, se cumpla la normatividad vigente; siguiendo los lineamientos de la dirección de la empresa, en cabeza de la señora Eva Casas Rodríguez.
La dedicación del Dr. Hugo Bolhuis y su legado han estado siempre orientados a la disciplina, orden y visión para que la empresa evolucione. La labor articulada con los clientes y el profesionalismo de un gran equipo de trabajo, han permitido que los productos que se fabrican en nuestras instalaciones lleguen a Centro-América (Guatemala, Honduras y Costa Rica), Sur América (Ecuador y Bolivia), Europa (Holanda), Medio Oriente (República de Armenia) y Lejano Oriente (Filipinas).